El Museo de la Revolución Salvadoreña está situado en la ciudad de Perquín, Morazán, zona que fue de las más afectadas durante la guerra. Desde ahí cumple su función de recordarnos sobre el conflicto armado que sufrimos los salvadoreños en los años ochenta.
El museo es sumamente completo y explica en detalle y de una manera objetiva todas las facetas de la guerra civil. El museo consta de cinco salas con diferentes temas. Los temas de las salas son: las causas nos llevaron a la guerra, la cooperación internacional hacia la guerrilla, el modo de vida de los guerrilleros, las armas utilizadas por ambos bandos y una recreación de la Radio Venceremos. En cada una de estas salas se encuentran objetos interesantes de aquella época. Estos varían desde el helicóptero donde fue derribado el Teniente Coronel Domingo Monterrosa hasta posters y panfletos utilizados por las organizaciones internacionales que apoyaban a la guerrilla. Se encuentra también dentro del terreno del museo el cráter dejado por una bomba de 500 libras que tiró el ejército, así como una bomba de ese mismo tamaño que no explotó.
El museo cuenta con guías que conocen sobre todos los temas presentados en el museo y que son de gran ayuda para los visitantes. En mi visita tuve la dicha de que un ex-guerrillero fuera mi guía. Su nombre era Erwin (el pseudónimo que había utilizado durante el conflicto armado). La presencia de ex -combatientes en el museo hace que los visitantes, especialmente los jóvenes que no recuerdan la guerra puedan darse cuenta que quienes sufrieron del conflicto fueron personas reales y no personas que vivieron en una época lejana. Platicar y debatir con los guías también facilita el entendimiento de las razones que tuvieron para tomar las armas, el tipo de vida de los combatientes y el sentimiento que tienen ahora que vivimos en paz y en un contexto internacional distinto.
Según Erwin, el museo recibe visitas de todo tipo de personas, tanto de derecha como de izquierda y también de altos militares. Esto es una buena señal pues demuestra que personas con visiones políticas completamente diferentes están interesadas y dispuestas a aprender de quienes en un pasado fueron sus contrincantes.
La existencia de lugares como el Museo de la Revolución es de vital importancia. Nos permiten tener viva en la memoria el sufrimiento que los Salvadoreños tuvimos que experimentar durante ese período. Esta misión es sumamente importante especialmente ahora que hay tantos jóvenes que no nos recordamos de la guerra. Esperamos que de esta manera nunca jamás permitamos que se repitan las causas que llevaron a algunos grupos a abandonar la luz pública y hacia la clandestinidad y la toma de armas.
El museo cuenta con guías que conocen sobre todos los temas presentados en el museo y que son de gran ayuda para los visitantes. En mi visita tuve la dicha de que un ex-guerrillero fuera mi guía. Su nombre era Erwin (el pseudónimo que había utilizado durante el conflicto armado). La presencia de ex -combatientes en el museo hace que los visitantes, especialmente los jóvenes que no recuerdan la guerra puedan darse cuenta que quienes sufrieron del conflicto fueron personas reales y no personas que vivieron en una época lejana. Platicar y debatir con los guías también facilita el entendimiento de las razones que tuvieron para tomar las armas, el tipo de vida de los combatientes y el sentimiento que tienen ahora que vivimos en paz y en un contexto internacional distinto.
Según Erwin, el museo recibe visitas de todo tipo de personas, tanto de derecha como de izquierda y también de altos militares. Esto es una buena señal pues demuestra que personas con visiones políticas completamente diferentes están interesadas y dispuestas a aprender de quienes en un pasado fueron sus contrincantes.
La existencia de lugares como el Museo de la Revolución es de vital importancia. Nos permiten tener viva en la memoria el sufrimiento que los Salvadoreños tuvimos que experimentar durante ese período. Esta misión es sumamente importante especialmente ahora que hay tantos jóvenes que no nos recordamos de la guerra. Esperamos que de esta manera nunca jamás permitamos que se repitan las causas que llevaron a algunos grupos a abandonar la luz pública y hacia la clandestinidad y la toma de armas.
La visita al museo de la revolución es necesaria para todos aquellos que quieren entender el conflicto armado. El acceso hacia Perquín se puede hacer por carro o autobús. Desde San Salvador la carretera es pavimentada y en excelentes condiciones. La entrada al museo cuesta $0.60. Hay hoteles en Perquín donde los visitantes se pueden hospedar y hay otros atractivos turísticos en la zona que vale la pena visitar.
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